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Lo que parece caracterizar el momento actual de América Latina, con ligeras variantes según los países, es una incomprensible aversión a cualquier tentativa de revisar o discutir las frustraciones cosechadas en los últimos años, más aún si una tal iniciativa se propone teniendo como telón de fondo una nueva relectura de los clásicos del pensamiento socialista. Antes bien lo que predomina es una especie de hiper-activismo que se materializa en la exaltación de la acción por sí misma y, en todo caso, en la búsqueda obsesiva de nuevos enfoques, conceptos y categorías que permitan capturar las situaciones supuestamente inéditas que deben enfrentar las luchas emancipadoras en nuestro continente. El supuesto implícito de esta actitud -cuyo sesgo antiteórico es evidente- es que poco o nada puede aprenderse del debate que estallara hace poco más de un siglo en Europa. La intensa propaganda sobre la llamada "crisis del marxismo" hizo mella en las fuerzas populares y se expresa en el rechazo -visceral en algunos casos- o en la indiferencia más o menos generalizada ante toda tentativa de discutir la problemática de la organización, la estrategia política y la conquista del poder teniendo como referencias teóricas los elementos abordados en el clásico debate del siglo XX europeo. En lugar de eso prosperan en la región, sobre todo en Argentina pero también en México y en muchos otros países, reflexiones que plantean para la izquierda la inutilidad y, más que eso, la inconveniencia de conquistar el poder.

Atilio Boron, "Estudio introductorio. Actualidad del ¿Qué hacer?" en V.I. Lenin, Qué hacer. Problemas candentes de nuestro movimiento, Buenos Aires, Luxemburg, 2004, pp. 18-19