(...) son los publicitarios quienes respondieron más rápida y eficazmente al deseo de visibilidad de los ciudadanos en referencia al medio ambiente cotidiano. Por eso mismo, el dispositivo publicitario ha infiltrado el espacio público, ha extraterritorializado a la ciudad mediante el juego combinatorio y metafórico de las imágenes, ha marcado el espacio con símbolos no urbanos que remiten a una dicha privada (juventud, cuerpo, placeres…). Pero lo que es reprimido, es decir, la realidad urbana, puede
retornar monstruosamente en la sinrazón: es toda la cuestión violenta urbana. Ésta es el motivo por el cual hoy en día parece importante que el lugar pueda responder a la imagen, y por eso mismo trascender su anonadamiento potencial, no prohibiendo las imágenes, que en lo sucesivo forman parte del paisaje, sino disponiendo lugares atractivos,
lugares para mirar, "lugares-imágenes" accesibles a todos.
Alain Mons (1992),
La metáfora social: imagen, territorio, comunicación, Buenos Aires, Nueva Visión, 1994, p. 125
via
laputaquelopario