# 56

Dos años antes de su muerte, cuando era claro de que no habría una revolución en Europa, y sabiendo que la idea de construir el socialismo en un sólo país no tenía sentido, Lenin escribió:
¿Y si la completa desesperanza de la situación, al multiplicar los esfuerzos de los trabajadores y campesinos, nos ofrece la oportunidad de crear los requisitos fundamentales de la civilización de manera diferente a la de los países de Europa occidental?
¿No fue ésta la prédica del gobierno de Morales en Bolivia, del gobierno de Chávez en Venezuela, del gobierno maoísta en Nepal? Llegaron al poder por medio de elecciones "limpias", no a través de la insurrección. Pero una vez allí, usaron su poder de una manera "no estatal", al menos parcialmente: movilizando directamente a sus militantes, evitando la red representativa del sistema de partidos. Su situación es una causa "objetivamente" perdida: básicamente, todo el rumbo de la historia está en contra suyo, no pueden apoyarse en ninguna "tendencia objetiva" empujando a su favor, lo único que pueden hacer es improvisar, hacer lo que pueden en una situación desesperada. Así y todo, ¿no les da esto una libertad única? ¿No estamos —la izquierda hoy— todos en la misma situación?

Nuestra situación es la opuesta a la del clásico escenario de principios del siglo XX, en la que la izquierda sabía lo que debía hacer (establecer la dictadura del proletariado), pero debía esperar pacientemente su momento de ejecución. Hoy no sabemos lo que debemos hacer, pero debemos hacerlo ya, porque las consecuencias de la inacción podrían ser desastrosas. Estaremos obligados a vivir "como si fuésemos libres". Debemos arriesgar y tomar medidas en el abismo, en situaciones totalmente inapropiadas; debemos reinventar aspectos de lo nuevo, sólo para poder mantener funcionando el engranaje y mantener lo bueno de lo viejo —educación, sistema de salud, servicios sociales básicos. En resumen, nuestra situación es como aquello que Stalin dijo de la bomba atómica: no apta para cardíacos. O como dijo Gramsci, caracterizando la época que comenzó con la Primera Guerra Mundial, "el viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer, y en ese claroscuro surgen los monstruos".

Slavoj Žižek, "What is left to do?" en New Left Review #64, 2010, traducción propia.