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La izquierda no puede estar pidiendo información gratis, reportajes gratis y periodismo gratis y luego quejarse con tristeza cuando ve cómo las iniciativas terminan arruinadas. O pagamos nosotros o pagan los poderes públicos. La derecha no tiene ese dilema porque cuenta con grupos económicos dispuestos a poner -y perder- el dinero que haga falta: como accionistas, como anunciantes, como patrocinadores. Por eso Libertad Digital gana dinero aunque tenga menos lectores que muchos medios digitales alternativos de izquierda, o La Gaceta no cierra aunque su cifra de difusión sea la mitad que Público (según la OJD 45.835 respecto a 87.983 de Público). Se juegan la defensa ideológica del mantenimiento de su modelo, es lógico que estén dispuestos a pagar por ello. Por el contrario, la izquierda, o logra que los gobiernos colaboren como lo hacen con otros servicios públicos como la sanidad o la educación, o lo pagamos entre todos para que se mantengan. Si observamos el panorama de medios de prensa verdaderamente de izquierda que hay en el mundo, ninguno se mantiene gracias a un millonario. Detrás hay lectores que se creen el proyecto y lo pagan: Le Monde Diplomatique, Il Manifesto, El Viejo Topo, Diagonal. U organizaciones que asumen las pérdidas, en el caso de Mundo Obrero con el Partido Comunista. Pueden tener algunos textos gratuitos en internet pero ninguno se encuentra íntegramente en la red. Es curioso, El País, ABC o La Gaceta sí están enteros en internet. Acaso alguien cree que ellos están más preocupados por la “socialización de la información”. ¿No será que ellos tienen ya a El Corte Inglés, Repsol, BBVA o Telefónica para sobrevivir y no necesitan lectores que paguen?

Pascual Serrano, "¿Quién cerró el diario español Público?", en pascualserrano.net, 26-02-2012