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La producción en serie fordista no podría afrontar este tipo de oferta diversificada de productos de consumo rápido y descartable, por lo que aparecen nuevos sistemas de producción de mercancías, sistemas flexibles, basados en principios de trabajo autogestivo y en equipo, en donde el empleado, compenetrado con la filosofía de la empresa, es seducido por los beneficios de la autonomia y la realización en el trabajo. Gorz lo llama trabajador de nuevo tipo -una elite poseedora del saber y del trabajo- cuyo reverso es una gran masa de excluidos del sistema que se integran a trabajos serviles y precarizados.
(...) El actual capitalismo financiero se basa en una transformación del trabajo en términos de cambio rápido, espontaneidad, flexibilidad, toma de riesgos. Y todo ello actúa quimicamente como un agente de corrosión del carácter de las personas que viven inmersas en narrativas de tiempo corto, inciertas, sin proyección de futuro. Aún quienes tienen trabajo en este mundo sin trabajo, viven la incertidumbre de esos tiempos cortos, de constante variación y recambio. También para ellos, en los países desarrollados, la idea de una carrera laboral de largo plazo capaz de contener la vida productiva de una persona ha muerto.

Claudia Kozak, "Cuerpo, técnica y trabajo", teórico del Seminario de Informática y Sociedad, Ciencias de la Comunicación (UBA), 2008