Alain Badiou (2000), El siglo, Buenos Aires, Manantial, 2005, p. 177
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Alain Badiou,
política,
posmodernismo,
revoluciones,
tiempo
Lo que caracteriza nuestra actualidad, que poco merece ser llamada, para retomar una expresión de Mallarmé, un "bello hoy", es la ausencia de todo presente, en el sentido del presente real. Los años posteriores a 1980 se asemejan a lo que el propio Mallarmé, justamente, dice de los años posteriores a 1880: "Falta un presente". Como los períodos contrarrevolucionarios se parecen entre sí mucho más que las revoluciones, no hay que asombrarse de que luego del "izquierdismo" de la década de 1960 se vuelva a las ideas reactivas posteriores a la Comuna de París. Es que el intervalo de un acontecimiento de la emancipación y otro nos deja falazmente cautivos de la idea de que nada comienza ni va a comenzar, aun cuando estemos envueltos en una infernal agitación inmóvil. En consecuencia, hemos vuelto al clacisismo, sin tener los medios: todo está ya iniciado desde siempre y es inútil imaginar que fundamos a partir de nada y que vamos a crear un arte nuevo o un hombre nuevo.