De nuevo resulta obvio que incluso entre importantes crisis, "el mercado" no tiene respuesta al principal problema que se enfrenta el siglo XXI: que el ilimitado crecimiento económico cada vez más altamente tecnologizado en busca de beneficios insostenibles produce riqueza global, pero a costa de un factor de producción cada vez mas prescindible, el trabajo humano y, podríamos añadir, de los recursos naturales del globo. El liberalismo político y económico, por separado o en combinación, no pueden proporcionar la solución a los problemas del siglo XXI. Una vez más, ha llegado la hora de tomarse en serio a Marx.
Eric Hobsbawm, Cómo cambiar el mundo, Barcelona, Crítica, 2011, p. 424