# 169

La vida no conoce historias. No conoce acciones orientadas hacia un fin concreto, sólo situaciones abiertas en todas direcciones. No conoce progresiones dramáticas, sólo un movimiento, largo, continuo, constituido por infinidad de micro-movimientos.

Jacques Rancière (2005), La fábula cinematográfica: reflexiones sobre la ficción en el cine, Barcelona Paidós, 2007, p. 10