Como el estado nació de la necesidad de refrenar los antagonismos de clase, y como, al mismo tiempo, nació en medio del conflicto de esas clases, es, por regla general, el estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente dominante, que, con ayuda de él, se convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida. Así, el estado antiguo era, ante todo, el estado de los esclavistas para tener sometidos a los esclavos; el estado feudal era el órgano de que se valía la nobleza para tener sujetos a los campesinos siervos, y el moderno estado representativo es el instrumento de que se sirve el capital para explotar el trabajo asalariado. Sin embargo, por excepción, hay períodos en que las clases en lucha están tan equilibradas, que el poder del Estado, como mediador aparente, adquiere cierta independencia momentánea respecto a una y otra.
Friedrich Engels (1884),
El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, 12ª ed., Madrid, Fundamentos, 1996, p. 214
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Lucas Lufrano